Hace unos meses Francisco Aroca Lirón nos relataba su situación y la de otros compañeros en la cárcel de Albocàsser. En sus últimas cartas nos dice que sigue sin cobrar parte de su dinero, como 200 euros que su hija le ingresó en mayo. Cuando formula instancias y reclamaciones ni tan siquiera le responden; no ha visto más ese dinero y afirma que se lo tienen retenido. Lleva desde el 7 de julio sin cobrar. Por otra parte, aún no ha podido recuperar sus pertenencias, las cuales ahora le dicen que siguen en la cárcel de Huelva, donde estuvo cumpliendo condena, hasta que en febrero lo trasladaron a Albocàsser (un destino que por cierto él no pidió). Lleva meses haciendo instancias semanalmente para reclamar sus cosas y denunciar la vulneración de derechos que se está produciendo. A todas las solicitudes que Francisco realiza le encuentran fallos o problemas de forma, o le piden datos o facturas que él no tiene. Incluso le ponen que la letra no se entiende, cuando esta es clara, ya que él mismo nos ha mandado las instancias para que lo veamos. En algunas de las solicitudes le han respondido con permanente y letra enorme en medio de su escrito, de manera despectiva.
El compañero en los últimos meses ha acabado dos veces en aislamiento. Una de ellas por negarse a subir a su celda, como protesta ante la situación de no tener aún sus pertenencias. En esa ocasión nos cuenta que le pegaron. También denuncia una agresión a un sobrino suyo, por parte de los carceleros, cuando lo metieron en aislamiento, cerca de donde estaba él. Desde hace un tiempo se ve sometido a cacheos semanales sin motivo alguno; le tiran por el suelo todo lo que tiene en el chabolo. Siente que se ha incrementado la represión hacia él, y piensa que es porqué le quedan menos de dos años para pisar la calle, y quieren que se revote y joderlo.
Francisco también hace referencia a la paliza que unos carceleros le metieron a un hombre a finales de agosto, dándole golpes hasta con barras de hierro. Dicho hombre tuvo que ingresar en el hospital.
Aun viendo como ha aumentado la presión y los abusos hacia él, Francisco mantiene su actitud rebelde. Dice que no dejará de denunciar mediante escritos, recursos y difusión a través de grupos de apoyo, lo que está pasando allí dentro. Y además, en una carta reciente, afirma que va a participar en la huelga de hambre que va a iniciarse el 1 de octubre, haciendo las instancias pertinentes.
Septiembre 2018