Hoy publicamos una de las dos cartas que nos ha hecho llegar Manuel Noguera («Lolo») desde el Centro Penitenciario Lledoners, y que nos pide que publiquemos tal cuál. Esta primera carta la escribe el mismo día de su cumpleaños, y en ésta nos envía agradecimientos y reflexiones sobre la lucha en la cárcel.
25 de Agosto del 2021. C.P. de Lledoners
Quisiera hacer entrega de la presente y primera publicación agradeciendo como así es de mi deseo a todxs cuantos dedican parte de su tiempo en hacer posible que las palabras de las personas encarceladas se puedan escuchar más allá de los cuatro muros que nos rodean y nos mantienen alejados de nuestras familias. Gracias a todxs ellxs por intentar mejorar nuestra situación en las diferentes cárceles y, no haciendo caso omiso tal y como así lo hace los distintos órganos P…”, ni tampoco dejando a un lado nuestras letras para que puedan caer en manos vacías desapareciendo en la nada. Gracias en nombre de mis compañerxs de Lledoners por hacer posible que nuestros pensamientos y nuestras Quejas y Denuncias no tan solo se puedan escuchar, si no que del mismo modo pueda volar como palomas entorno a la libertad deseada y anhelada.
En ocasiones demasiadas veces decimos que la cárcel no es más que un reflejo de la sociedad en si, de su naturaleza humana en todos sus razonamientos más comunes, desde el más profundo sentimiento como desde el mismo sosiego y ahogo, desde la tranquilidad que nos aporta el saber o decir que no sabemos hacer mejor las cosas. “Consuelo de tontxs” debido al típico desconocimiento de nuestros errores y la perspectiva que tenemos de una vida entre rejas.
Discúlpame, mi nombre es Manuel Noguera Mazuecos, “Lolo”. Desde que tengo uso de razón he sido educado en la calle. No soy esclavo de las demás personas pero, en cambio, si que lo soy de mi mismo, de mis propias ideas y de una lucha constante sin cesar contra un sistema corrompido y corrupto de toda institución Institución Penitenciaria y más criminales que yo mismo.
Preso por circunstancias, “atracador y criminal”, esclavo del deseo, del dinero y de los grande lujos, del amor, del juego, de la lucha y de los grandes motores, y amante de la vida… “todo tiene un precio”. Preso desde 1999 hasta la fecha de hoy, encarcelado pero vivo.
Y hoy, en el mismo día que cumplo años y después de unos seis años que prácticamente puse fin a la escritura tras el fallecimiento de mi padre, encontrándome como es habitual en las celdas de castigo en la cárcel de Figueras “Puig de les Basses”, y ahora, en idéntica situación pero en la cárcel de Lledoners “Manresa” y, dentro de toda prudencia que me suele caracterizar me decido a coger una hoja y un bolígrafo rompiendo con todo silencio y haciendo entrega de los más hermoso y bonito literalmente que tenemos las personas encarceladas y presas bajo el yugo opresor de una esclavitud represora: la escritura.
Y dejando a un lado todo tipo de deseo y el orgullo, que no conduce a ningún lado, y toda circunstancia que de mi mismo haya podido condicionar a ser una persona complicada de batir físicamente y de hundir psicológicamente, de neutralizar en todos aspectos por mucho ímpetu, ganas, y empeño que día tras día intentan frente y ante mi interponer de todas las formas posibles esta manada de “perros salvajes” carcelerxs que piensan, y hasta ellxs mismxs se lo llegan a creer distorsionando la realidad de tal forma, que por el simple hecho de “trabajar” para el estado son dignos representantes de la propia ley, como de la justicia en si misma. Cuando no son más que simples carcelerxs y no funcionarios como así los llaman hoy en día, “Don…”. Por favor. Algo surrealista dentro de las cárceles, si cuya incompetencia, ignorancia queda literalmente más que evidenciada y consagrada debido a sus debilidades morales y racionales en el mismo instante que hacen uso del “poder” que nosotros, la sociedad en general incomprensiblemente hemos entregado para que de alguna forma pueda tener lamentablemente inmunidad absoluta para humillar y torturar a personas presas de tal manera que muchxs, tristemente, hayan perdido la vida dentro de una celda, por suicidio, también apaleados en la cama atados y engrilletados durante días y días, justificando su fallecimiento de miles de formas diferentes. Y lo dicho, con conocimiento de causa lo escribo….
Algo más de 22 años encarcelado sin rumbo alguno. Mi hermano pequeño, al cual admiro, recuerdo que no hará mucho tiempo atrás me dijo una gran verdad “tu qué… sin domicilio fijo”, y ahora, después de algunos años y exactamente con 70 registros de traslados en 1er grado de tratamiento y en N.S. “nivel de seguimiento”, habiendo recorrido media península cárcel tras cárcel sigo continuando en la misma situación, “sin domicilio fijo” por haber mantenido una lucha constante frente a frente ante estos tiranos que carecen de valores humanos.
También es cierto que la cárcel no es ni la sombra de los que fue en tiempos atrás, pero la cárcel sigue siendo cárcel en la actualidad como antaño. Lo único que ha podido cambiar un poco es la delincuencia y generación, siendo de lo más normal y lógico, y con ello el sistema carcelario a lo que debemos añadir la cantidad de nuevas cárceles que se han ido construyendo en estos últimos años con un claro, único y acreditado objetivo: “Divide y vencerás”… y “vamos a lucrarnos” a costa de personas que meten presxs por una simple multa de 10 euros. Y ante todo esto, no debemos de hacer oídos sordos, vista ciega y dar la espalda como si nada estuviera pasando.
Quedamos muy pocos en las cárceles y proporcionalmente en cuanto a población reclusa. Una pequeña minoría individualmente alejada de la mano de Dios continuamos luchando por todos nuestros derechos y evitando abusos que sufren la gran mayoría de lxs presxs, siendo amenazados y coaccionados no tan solo por parte de lxs carcelerxs si no por también por parte de la Junta de Tratamiento y, jamás puede caer en el olvido que hoy por hoy podemos disfrutar de un aparato de televisor o una simple radio tras unos barrotes de hierro dentro de una celda de castigo gracias a todxs aquellxs presxs que han derramado sus sangre y así se han dejado la vida en un patio por una lucha, que por obligación moral nosotrxs tenemos que seguir por continuar, con diferentes armas para mejorar la situación en las cárceles.
Att: Manuel Noguera Mazuecos
“Lolo”
Si alguien desea contactar con el compañero, puede escribirle a la siguiente dirección:
Manuel Noguera Mazuecos
C.P. de Lledoners. C-55, Km 37.
08250 Sant Joan de Vilatorrada, Barcelona