Como ya denunciábamos hace unos meses junto con otros grupos, colectivos y trabajadorxs de Correos, parece que cada vez es mas habitual que lxs carcelerxs manipulen, abran y lean la correspondencia que enviamos o nos envían las personas presas.
Solo por poner un ejemplo, de las cartas que recogimos la semana pasada, 2 estaban claramente abiertas. Una de ellas venía de la prisión de León; la otra de una prisión catalana. La primera era una carta que habíamos escrito nosotrxs, y que nos devolvieron totalmente abierta con una señal en la parte delantera donde se marcaba que X había sido trasladado. La segunda era una carta que una persona que se encuentra presa en Brians II nos había enviado, y también estaba abierta. Ni se han molestado en disimularlo intentando volver a pegar el sobre. Otras veces vemos cartas que parece que han sido manipuladas, como si se hubieran abierto y vuelto a cerrar, aunque no podemos afirmarlo porque no es tan visible.
Abrir, leer o manipular la correspondencia es un hecho muy grave, sea en la calle o en prisión. Se perjudica a las personas presas y a quienes se interesan por ellas interviniendo el correo, leyendo conversaciones privadas para obtener información o haciendo “desaparecer” cartas porqué no interesa su contenido o para fastidiar a la persona.
Lxs carcelerxs disfrutan de su poder con la impunidad y seguridad de que nada les pasa nunca.
