Comunicado anónimo desde Mas d’Enric

Hola a todxs, chicos y chicas libertarix fuera de estos muros; o como dice un gran amigo mío, “fuera de este campo de concentración”.

No diré cómo me llamo pero tengo 38 años, estoy en la prisión de Mas d’Enric y entré cuando tenía 35. Aunque para mis adentros no pasan los años… Si. Ya voy para los 40. Es increíble cómo pasan los años, y es que, hace prácticamente nada estaba con mis amigxs con 17 años en motos y pasándolo bien… (Os echo mucho de menos)!

Desde que entré, todo ha ido a peor. Tomo 9 pastillas al día. Antidepresivos, ansiolíticos y psicotrópicos.

Tengo diagnosticado trastorno bipolar, trastorno de la personalidad, trastorno ansiodepresivo afectivo con autolesiones, trastornos psicosocial infantiloide, inteligencia límite y un leve retraso mental. Vamos, que soy un trastornao de la vida moderna! Y es que hay que reirse para no llorar, porque si no uno aquí dentro se acabaría consumiendo literalmente.

Los expertos en psicología nos dicen que, diariamente, las personas tenemos 27.000 pensamientos. Esto estaría muy bien si los pudiéramos o supiéramos gestionar correctamente; mi problema es que, aquí dentro, hay días en que mis pensamientos se atascan . A esto lo llaman pensamientos rotativos y, a mi pesar, algunas veces son negativos. De ahí mis autolesiones. Igual que las autolesiones de otrxs muchxs compañerxs presxs en situaciones similares a las mías.

Si no fuese por mi fuerza interior, mi mama, mis hermanas, mi sobrinita y la medicación, seguramente yo no estaría en este mundo.

En mi juicio no se hicieron bien las cosas. Era prácticamente mi primera vez en un tribunal. Y es que, si yo fui culpable de los delitos cometidos, tanto la jueza como el fiscal hicieron caso omiso a la petición de mi abogada para pagar mi condena en un centro adecuado a “mis anomalías”.

De mis 5 años y 2 meses de condena, ahora en Diciembre hago 3 años. Llevo luchando 2 años para ir a otro tipo de centro.

Soy una persona prácticamente indigente, pero aún así he seguido luchando y, por fin, gracias al SOJP (servicio de orientación jurídica penitenciaria) me consiguieron una abogada para luchar mi causa y estoy a la espera.

Aquí dentro hay de todo, como fuera en la calle. He tenido la oportunidad de conocer, no personas, sino corazones buenos y grandes […].

En lo contrario y más duro, he sufrido daños psicológicos y abusos y agresiones de todo tipo. Por lo que no voy a entrar en detalles.

Por si esto lo pudiera llegar a leer mi familia: mama, mi preciosa mama. Cuando me detuveron tuviste que ingresar en una residencia; cuando salga te haré feliz y recuperaremos el tiempo perdido. Te llevaré a la playa y voy a intentar que no te falte de nada. Te quiero muchísimo.

Hermanas, germanetas, us e fallat com germà gran, no e sido el mejor ejemplo digamos. Pero habeis salido adelante de una forma espectacular. Estoy super orgulloso de vosotras. Y gracias por cuidar de la mama mientras yo no esté.

Compañerxs del mundo, lxs que me estais leyendo: sed felices, tan solo se trata de eso, de los pequeños detalles de la libertad, la familia, vuestras mascotas, vuestros hobbies, etc. […]

Gracias a todxs por estar ahí,

Un fuerte abrazo!