Aquí una reflexión de un compa que se encuentra en la cárcel de Brians II (Barcelona), en relación a como interesa que lxs presxs consuman cuanta más medicación mejor a fin de anular sus mentes y volverlxs dependientes. Como él dice, la medicación se ha convertido en una de las armas más efectivas de la Institución Penitenciaria.
Saludos a todxs!
Poco se habla de lo que pasa aquí dentro, aunque muchos ya sabéis lo que pasa. El sistema jurídico y penitenciario es tan opaco como el culo de un mono. Pues bien, entre las herramientas y armas que tiene la administración penitenciaria (porras, cascos y gas pimienta a parte) tiene una en concreto que es realmente efectiva “la medicación”.
Últimamente se habla mucho de la salud mental de la gente en general. Del incremento en el número de personas que acaban tomando medicación antidepresiva y tal. Os mando aquí un ejemplo, en estos listados adjuntos. Cada parámetro es una persona, y como podéis observar, el uso de benzodiazepinas, antipsicóticos, antidepresivos y demás está a la orden del día. ¿Cómo levantar nuestras voces si ¾ partes de la cárcel está narcotizada? La medicación como arma para adormecer las mentes. Es genial para ellos! Convertir el guerrero en un despojo es su objetivo y lo logran casi siempre.
Me gustaría una reflexión sobre esto. Que si aquí dentro apenas hay quejas y protestas no es porque estemos de lujo, es porque el sistema no tiene escrúpulos en matarnos a base de pastillas con tal de tenernos calladitxs. Quizá esto algo tiene que ver con el poco compromiso y la falta de organización. Porqué siendo tantas personas presas… ¿Qué nos ocurre? ¿En la cárcel y con miedo? ¿O acaso el problema es la mediación que nos anula? ¿O el puto síndrome de Estocolmo? ¿O los arrogantes muros frenan nuestro ímpetu? ¿Cobardía? ¿Pereza?
Yo quisiera ver por televisión, a final de año, el número de compas muertxs en prisión igual que informan del número de muertos por accidentes de tráfico o por violencia de género, por ejemplo. No pretendo crear un “reality” rollo gran hermano. Pero joder, EXISTIMOS, y del mismo modo que otrxs lucharon para poder tener televisión o vis a vis, opino firmemente que tenemos que hablar. Sin quejas no hay cambios, y es obvio que hay cosas que deben cambiar, no nos podemos acomodar. Y replantearnos la mierda que nos incitan a meternos en el cuerpo quizá debería ser un primer paso.