Una persona en la cárcel de Figueres habla de su situación en aislamiento y del «protocolo de seguridad»

Debido a distintos factores, publicamos con bastante retraso esta carta de un compañero preso en la cárcel de Puig de les Basses, en Figures. Nos pide que se difundan sus letras, así que las compartimos. Estamos a la espera de poder saber mas de él y ver en qué situación se encuentra actualmente.

20.02. 2020

Me llamo X y entré por primera vez en la cárcel en el año 2003, con 28 años. Ahora estoy pagando una nueva condena desde hace 14 meses. Si dios quiere en 6 meses me voy en libertad.

Entré en Brians I como preventivo. Tengo protección judicial de dicho centro, supervisado por una médico de Estrasburgo, pero aun así me han cambiado con conducciones fantasma: en 14 meses, 4 cárceles distintas. Ahora estoy en la cárcel de Puig de les Basses, en Figueres, en aislamiento.

Me han puesto un «protocolo de seguridad», según ellos por orden del director de este centro. Dicho protocolo incluye no tener silla para sentarme a comer, ni una simple escoba, ni jabón. A parte cada vez que salgo de la celda me ponen desnudo, muchas veces con funcionarias mirandome. Me siento ultrajado y avergonzado. A parte de las palizas en repetidas ocasiones, y también con dificultades para poder llamar por teléfono. La situación es insostenible. Todo esto pienso que viene por represalias por yo haber denunciado por Estrasburgo,

Hace tiempo atrás mi rencor pedía vengarme de los carceleros. Pero hoy día pienso diferente, aunque no olvido ni perdono. A veces me digo a mi mismo, que esos hombres y mujeres que han hecho conmigo estas cosas innombrables también debieron tener un pasado oscuro, una infancia de maltrato o fueron marginados de algún modo, porqué sino porque hacen esto? Algo debe haber en su interior para que descarguen su rabia, frustración y odio hacia los demás. Como digo, aunque ahora intento no caer en la venganza, sí pienso que igual que a mi en su momento me juzgaron y condenaron, espero que algún día ellos también sean juzgados de algún modo. Solo quiero que los chicos que tengan la desgracia de pasar por la cárcel, no tengan que sufrir el infiero que yo pasé y sigo pasando, sean del país que sean.

Algún día me gustaría poder darle un abrazo a alguien, aunque sea un desconocido, poder llorar lo que no he podido en todo este tiempo.

Soy un hombre del mundo sin nacionalidad. Mi país es el mundo, Y mi objetivo luchar contra el sistema y todo lo que ello significa.

Hasta pronto.